SALMO 4O
«Pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mi y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cantico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Bienventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvian tras la mentira. Quieras, oh Señor, librarme; Jehová apresurate a socorrerme.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan. Digan siempre los que buscan tu salvación: Jehová Dios sea enaltecido. Aunque afligido yo y necesitado Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú, Dios mío no te tardes.
Santa Biblia, vs. Reina Valera