«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos».
LA CENA DE LAS BODAS DEL CCRDERO
«Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía».
EL JINETE DEL CABALLO BLANCO
«Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas y tenia un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES».
Hermanos, estas cosas ciertamente van a suceder muy pronto. Las señales de la inminente Segunda Venida del Señor están aquí. Ahora vemos que el mundo está en manos de Satanás, lo vemos todos los días en las noticias. Dios también lo ve pero la Biblia dice que Dios es muy paciente no queriendo que ninguno se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento. La trompeta va a sonar, y su sonido se va a oír por todos los que los esperamos para salir de este mundo y dejarlo en manos del justo juicio de Dios.
Mientras tanto sigamos sirviendo al Señor y orando que seamos tenidos por dignos de escapar de todas las cosas que se van a venir como castigo al mundo (Lucas 21:36).