ALGO ESTÁ MAL en el mundo. Las condiciones tan horribles en que se encuentra una gran parte de nuestro planeta indica que algo ha salido muy mal. Los sufrimientos que experimentamos y la vida tan dura que tienen que vivir muchas personas son muy tristes.
LA BIBLIA SUGIERE QUE el sufrimiento y el mal del mundo proviene de una cualidad que tenemos los humanos: LA LIBERTAD. El gran don que Dios nos ha dado de poder escoger libremente qué creer, qué hacer, conlleva el riesgo de tomar malas decisiones. Ese es el problema.
NO ES TAN FÁCIL juzgar el mundo como muchos creen. Por ejemplo: Si tú pudieras escoger entre ser una persona que puede pensar libremente en un mundo donde malas decisiones producen sufrimientos o ser un robot en un mundo sin dolor, ¿qué escogerías? ¿Qué clase de relación con Dios podría ser la nuestra?
A MUCHOS LES ES muy fácil culpar a Dios de todos los males del mundo. Piensan que Dios podía haberlo hecho mejor, pero el punto principal de esto es: ¿Podemos ser libres de pensar y actuar en un mundo sin libertad de escoger hacer el bien o hacer el mal?
PODRIAMOS HABER SIDO creados como uno de esos muñecos con pilas o que se les dá cuerda para que se muevan de la forma que hemos decidido de antemano. Todos andaríamos de un sitio a otro de forma automática sin ninguna clase de emociones, buenas o malas. No existiría el amor, pues el amor es algo espontáneo que se produce de forma misteriosa que todavía no podemos entender pero que tiene que ver con la libertad.
LA BIBLIA DICE: Dios es Amor. El autor del amor es Dios, pero incluso Dios no puede formar un ser humano que tenga libertad de acción sin permitirle escoger entre el bien y el mal. Si no fuera así no podríamos decir que tenemos Libertad.
CUANDO DIOS CREÓ el mundo, todo era perfecto y de una gran belleza y armonía. El hombre y la mujer creados lo tenían todo, la perfección. Pero Dios quería tener hijos que fueran como Él, y los puso en el Edén. Quería que lo amaran y le obedecieran para que todo fuera bien y el mundo continuara siendo un paraíso. Se multiplicarían y poblarían la tierra. Pero el hombre y la mujer escogieron mal. Las consecuencias de ello son las que tenemos con nosotros ahora.
SIN EMBARGO, DIOS QUE lo sabe todo de antemano, ya tenía un plan para mantener la libertad del ser humano y al mismo tiempo solucionar el problema del mal. De una forma y abnegación desconocidos para nosotros, pecadores y egoístas que somos, Dios mismo se ofrece como Redentor de la naturaleza caída del hombre que había creado.
DIOS HIJO SE HACE hombre para saldar la deuda del pecado que separó al hombre del Dios/Padre que lo creó por amor y para tener una relación de familia con él, con ella y con todos sus descendientes. A Dios Padre le costó la vida de Su Hijo, y ya sabemos cómo amamos y sufrimos por los hijos. A Dios Hijo le costó lo indecible, le costó todo. No podemos ni empezar a comprender el coste que le supuso a Dios salvar al hombre.
DIOS NOS SALVÓ por gracia, por amor aunque no nos lo merecemos. Una vez que el pecado entró en el mundo todos nacemos con la semilla contaminante del pecado. Por eso el mundo está cómo está. La Biblia dice: “No hay Justo ni aún uno, no hay hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” Romanos 3:10.
OBVIAMENTE NO TODOS pecamos de la misma forma ni con la misma intensidad y maldad. Pero todos pecamos cientos de miles de veces en el curso de nuestras vidas. El pecado satura nuestra existencia aunque muchas veces no estamos conscientes de ello. TENEMOS UNA GRAN DEUDA CON DIOS.
SANTA BIBLIA, vs, Reina Valera 1960