![image-aHR0cDovL2JsdWJlZGJ1aWEwMTo4My9pLzQzLzE5RUExMTg4MjM0NkM2NzdBQzM0RkMxRjNGRENGRi5qcGc[1]](https://logos77.files.wordpress.com/2011/03/image-ahr0cdovl2jsdwjlzgj1awewmto4my9plzqzlze5ruexmtg4mjm0nkm2nzdbqzm0rkmxrjngrengri5qcgc1.jpg?w=300&h=206)
Estamos viviendo en tiempos inquietantes. Parece que los desastres catastróficos aumentan por días. En poco tiempo hemos visto varios terremotos de alta escala que han producido muchas muertes y daños incalculables. En estos momentos estamos asistiendo a las consecuencias del terremoto más intenso registrado en país del Japón. Todavía no se sabe con certeza hasta qué punto esta catástrofe va a afectar a ese precioso país. No solo ha habido muchas muertes y destrucción de varias zonas costeras sino que ahora existe el peligro de contaminación nuclear.
El gran terremoto se sintió hasta dentro de un centro comercial de Tokio, ciudad que está a más de 200 millas del centro de seísmo. Todo Japón está en estado de pánico. Esto produce temor también a mucha gente en otras partes del mundo donde existen plantas nucleares. El mundo está en un estado de ansiedad creciente.
Esta situación de desastre ha sido ocasionada por olas gigantescas, sunamis, producidas por un terremoto en el mar.
Ahora veamos lo que dice la Biblia sobre los últimos días antes de la Venida de Cristo a juzgar al mundo:
Señales antes del fin
(Mt. 24.3-28; Mr. 13.3-23)
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?
8 Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;
11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.
12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.
13 Y esto os será ocasión para dar testimonio.
14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa;
15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.(A)
16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros;
17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.
22 Porque estos son días de retribución,(B) para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23 Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.
24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt. 24.29-35,42-44; Mr. 13.24-37)
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas,(C) y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube(D) con poder y gran gloria.
28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas,(C) y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
vs. 25 El bramido del mar y de las olas . . .sunamis . . .lo estamos viendo ante nuestros propios ojos.
Estos son dolores de parto, tal como la Biblia avisa. El mundo está en estado de alarma. Quiebra económica. Hambre y muerte. Guerras y revoluciones. Terremotos, y sunamis. Solo nos faltan las señales de los cielos, en el sol, la luna y las estrellas. Esto es solo principio de dolores. Lo que se avecina no lo queremos pensar.
Los que esperamos el Rapto de la Iglesia estamos a la expectativa. Nadie sabe el día ni la hora, pero si sabemos reconocer los tiempos. El Señor nos ha dado las señales que debemos observar. Cuando menos los esperemos oiremos al voz del Señor llamandonos que subamos hacia arriba con él.
“Vosotros no estáis en tinieblas para que el día os sorprenda como ladrón” 1 Tesalonicenses 5:4.
“Por tanto, alentaos unos a otros con estas palabras”. 1 Tesalonicenses 4:18
¡El Señor está a las puertas!
Fuente: Santa Biblia vs. Reina Valera
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