Photo by Ian Turnell on Pexels.com
Salmo 94:18-19
“Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu Misericordia, oh Jehová me sustentaba. En la multitud de mis pensamientos dentro de mi tus consolaciones alegraban mi alma”.
La ansiedad preocupación o angustia es innecesaria cuando conocemos a Dios y lo que nos ha prometido en su Palabra. Cuando se conoce a Dios de forma personal se aprende que aunque nos vengan problemas podemos afrontarlos bastante bien por varios motivos de los cuales vamos a hablar. Pero primero analicemos un poco esto.
Dios quiere que sus hijos pongan la mira en Él y no andar preocupados por las cosas del mundo. Pero algunos dirán: “¿Cómo no me voy a preocupar por lo mundano? Eso incluye la comida y las cosas necesarias que yo y mi familia necesitamos para vivir”. Cierto, necesitamos esas cosas y Dios las provee en especial a los que lo buscan para hacer Su voluntad pero también a muchos otros que incluso ni lo buscan ni lo aman.
Sin embargo los que somos hijos De Dios tenemos muchas promesas y testimonios de cómo Dios nos provee en tiempos difíciles aún cuando a menudo ni nos damos cuenta que es Él quien lo hace. Cuando nos preocupamos y permitimos que la ansiedad nos controle le estamos diciendo a Dios: “Padre no confío lo suficientemente en ti”. Esto quiere decir que no lo conozco muy bien.
La Biblia nos enseña a conocer bien a Dios y si no la lees a menudo para conocerlo vas a tener mucha ansiedad en tiempos como estos. El mundo no nos puede traer paz sino malas noticias. Si te pasas el tiempo viendo noticias tu ansiedad aumentará pero si pasas tiempo leyendo la Biblia y libros Cristianos como biografías de creyentes fieles que sirvieron a Dios en condiciones muy precarias y en países tercermundistas verás que Dios es fiel a sus hijos que lo aman y lo obedecen.
Mateo 6:24-34 nos habla de esto. Leedlo varias veces y procurad memorizar por lo menos parte de esos textos. Te hará mucho bien, te lo aseguro. Porque no hay que olvidar que también tenemos enemigos espirituales que nos traen pensamientos negativos continuamente. Debemos luchar contra ellos y la palabra De Dios junto con la oración son nuestras armas para protegernos.
Dios es nuestro Padre celestial y aunque no lo veamos ni lo sepamos Él está totalmente involucrado en lo que pasa en el mundo y sabe muy bien cómo proveer y cuidar de sus hijos. En Mateo 6:25-34 Jesús nos habla de esto.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo que no siembran ni siegan ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? …No os afanéis diciendo: ¿Qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Porque los Gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Más buscad primeramente el reino De Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas. Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” Mateo 6.
Santa Biblia, versión Reina Valera 1960q