MUCHOS DE NOSOTROS nos hemos acostumbrado a pensar en la palabra “confesar” de una forma no bíblica. Esto es debido a las enseñanzas católicas romanas cuando nos mandaban confesarnos nuestros pecados a un sacerdote para que él nos los perdonara. Como ya sabemos esta iglesia ha torcido las Escrituras de Dios para acomodarlas a sus doctrinas.
LA PALABRA CONFESAR no tiene para nada el significado que le ha dado esa institución. La Biblia ciertamente enseña que debemos confesar nuestros pecados. Pero ¿qué quiere decir confesar los pecados de acuerdo a la Biblia? En realidad confesar quiere decir “reconocer” el pecado.
DEBIDO A LAS malas enseñanzas de cierta iglesia que todos conocemos en países hispanos sobre todo, hemos llegado a tener una mala interpretación de lo que la Biblia quiere decir cuando habla de confesar nuestros pecados.
¿A QUIEN DEBEMOS confesar los pecados? SOLO A DIOS. Ningún hombre, tal como un sacerdote, tiene poder para perdonar nuestros pecados.
“SOLO DIOS PUEDE perdonar nuestros pecados” dice la Biblia en Marcos 2:1-7.
“Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”
S. Marcos 2:1-7 RVR1960
LOS PECADOS OFENDEN A DIOS y es a Él al que debemos pedir perdón directamente, al igual que si ofendemos a otros es a ellos a quien hay que pedir perdón. Es lo lógico y lo bíblico.
LOS QUE SOMOS ya salvos tenemos todos los pecados perdonados hasta el final porque “la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado” dice la Biblia. TODO PECADO ESTÁ PERDONADO a los que son de Jesucristo porque Su sangre es la sangre de Dios Hombre y poderosa para salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios.
POR TANTO CONFESAR los pecados a Dios después de recibir a Jesucristo como Salvador personal, no es para ser perdonados, sino para reconocer que hemos fallado en algo y para pedir fuerzas para apartarnos de toda forma de pecado. Dios escucha esas oraciones siempre.
EL PUNTO ES QUE DESPUÉS de ser salvos por la gracia de Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo, vamos a seguir pecando pero cada vez menos y menos y siempre buscando tener la victoria sobre todos los pecados que son muchos y diferentes. Algunoscuando oyen la palabra pecado solo piensan en los pecados de sexo, robos, asesinatos y poco más. Pero hay multitud de pecados que normalmente no reconocemos, tales como el orgullo, la codicia, las mentiras, la ira, el rencor, la falta de perdón y el egoísmo.
FINALMENTE TODO CREYENTE auténtico debe estar siempre buscando ser santo en toda nuestra manera de vivir.
SANTA BIBLIA, VS. REINA VALERA 1960