Ya en vida del apóstol Pablo los lobos rapaces intentaban entrar en la iglesia fundada por Cristo. Pablo conocía esto porque tenía discernimiento del Espíritu Santo. Veía claro lo que se avecinaba y temía por la iglesia porque él no podría proteger al rebaño tal como había hecho hasta entonces. Sabía lo que le esperaba en Roma y que dejaba a la iglesia en manos de jóvenes creyentes que quizás no podían discernir estas cosas.
Pablo venía de familia culta y bien formada. Había estudiado en los mejores colegios por lo que tenía muchos conocimientos. Además, Pablo, se había entregado por completo a Cristo y el Espíritu Santo de Dios guiaba su vida. Solo vivía para el Señor.
“Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” dijo, y eso es lo que vivía, (Filipenses 1:21).
Pablo recibía revelación de Jesús porque tenía una misión muy importante: Dejar la iglesia de los gentiles preparada para toda buena obra. Parte de esta misión era proteger a la iglesia de los malos obreros, de los lobos rapaces.
La mayoría de los creyentes no está consciente de la batalla tan grande que se está luchando constantemente entre las fuerzas de Dios y las de Satanás. Otros que pueden saberlo prefieren ignorarlo. Es más fácil, y menos estresante.
Efesios 6:10-12 (Reina-Valera 1960)
La armadura de Dios
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por lo tanto, igual que protegeríamos a nuestros hijos de los que quieren hacerles mal, de igual forma debemos proteger a la iglesia de los lobos rapaces. Les enseñamos a nuestros hijos a protegerse y saber a quién deben temer, y lo mismo debemos hacer a los hijos espirituales que son bebés en Cristo y no saben que les rodean los lobos. Esto es fácil para los que somos maduros verlo, pero no para ellos.
Así que aunque a veces podemos parecer duros al advertir o confrontar a algunos, hay que entender esto de la misma forma que Pablo advertía a los hermanos.
Hechos 20:29
“Porque yo sé que después de mis partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán la rebaño”.
En este blog hay muchos avisos sobre estos lobos rapaces. Vienen por aquí a menudo. De hecho comentan más lobos que corderos. Los lobos están bien preparados para presentarse vestidos con ropas de ovejas.
Ellos puede que ni siquiera estén conscientes que son lobos. El diablo sabe engañar muy bien, pues la Biblia dice que opera el reino de las tinieblas.
Lo bueno de esto es que cualquiera que quiera salir de las tinieblas puede ir a Jesús a pedir ayuda en cualquier momento.
“El que a mi viene, no le echo fuera” dice el Señor.
Santa Biblia. Vs. Reina Valera