SI TÚ HAS CREIDO en Cristo para salvación reconociendo que solo por la fe en Su sacrificio en la Cruz te puedes salvar porque Él ya ha saldado tu deuda, te has convertido en hijo/a de Dios. Esto te tiene que hacer ver que no eres tan bueno/a como creías y necesitabas ser perdonado. Como hijo/a ahora eres parte de Su familia y tienes un Padre santo, justo y perfecto. Tu Padre no es un ser abusivo, sadístico que te disciplina sin motivo ni propósito. No no, nada de eso, toda disciplina tiene un propósito importante aunque nosotros a menudo no lo sepamos.
HEBREOS 12 DICE: “Hijo mío no desprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama disciplina y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el Padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces soís bastardos y no hijos”.
EL REY DAVID sabía lo que era experimentar esto. Después de cometer adulterio con Betsabé y sus tramas para asegurarse que su marido fuera herido de muerte en la guerra, David tuvo que ser severamente disciplinado por sus graves pecados. El Salmo 51 cuenta los malos tragos que tuvo que pasar debido a su remordimiento de conciencia y disciplina del Señor y lloró ante Dios pidiendo perdón y fue perdonado, pero las consecuencias no desaparecen. Así son las cosas, el pecado siempre trae malas consecuencias porque son leyes permanentes.
EL POR QUÉ DEL SUFRIMIENTO
UNA RAZÓN ES DIRIGIR nuestras vidas de una mejor forma. Cuando todo parece ir bien el ser humano no se acuerda de Dios ni le tiene en cuenta. Cree que no lo necesita para nada. Sin embargo el sufrimiento nos muestra lo limitados que son nuestros recursos. El sufrimiento nos inclina a reevaluar nuestras prioridades en la vida, nuestros valores, nuestras metas, nuestros sueños, placeres, y la fuente de nuestra verdadera fuerza.
EL DOLOR NOS FUERZA a mirar más allá de nuestras circunstancias y nos lleva a hacernos preguntas importantes tales como
¿POR QUÉ ESTOY en este mundo? ¿QUÉ PROPÓSITO tiene mi vida? Al buscar respuestas y encontrarlas en el Dios de la Biblia hallamos la estabilidad que necesitamos para sobrellevar las circunstancias peores que podamos imaginar. Cuando entendemos que un Dios soberano está en control de todo en la historia de la humanidad y en la vida personal de cada uno de sus hijos entretejiendolo todo en un tapiz precioso que finalmente lo va a glorificar a Él, entonces podemos ver las cosas desde otra perspectiva.
EN ROMANOS 8:18 LEEMOS:
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.
El apóstol Pablo no minimizaba nuestros sufrimientos pero nos dice a los creyentes que evaluemos estos sufrimientos a la luz de la eternidad con Dios. Nuestros problemas a veces son pequeños y otras veces pueden que sean muy grandes y muy difíciles de sobrellevar, cómo es el caso de Joni Erickson Tada, una creyente que quedó parapléjica después de un accidente en la playa y lleva viviendo en una silla de ruedas sin poder mover nada más que la cabeza.
AL PRINCIPIO JONI SE DESESPERÓ y aún renegó de su Fe temporalmente pero al pasar el tiempo ella se reconcilió con Dios y desde entonces ha dedicado su vida a animar a otros minusválidos y a muchos otros como los demás que al observar cómo ella se sobrepone aún a estas circunstancias tan duras somos inspirados por ella a no decaer por problemas menores. Dios permite a veces que nos pasen ciertas cosas que pueden tener un propósito bueno a la luz de la eternidad.
Textos de La Santa Biblia vs Reina Valera 1960