Aparece carbono-14 en huesos de dinosaurios
Buscad, y hallaréis: los creacionistas entran con libertad donde ningún evolucionista ha ido antes.
Con el reciente anuncio de tejidos blandos en huesos de dinosaurios en museos (15/06/15, 16/06/15), con carbón enriquecido y todo, lo que se planteaba con claridad era: ¿habrá carbono-14 en esos tejidos? Debido a la semivida del isótopo (5.730 años), no debería existir ningún C14 detectable después de 100.000 años. Así, la presencia de una cantidad mensurable de C14 en los huesos invalidaría la creencia consensuada de que los dinosaurios vivieron y se extinguieron hace más de 65 millones de años.
Los paleontólogos seculares consideran una pérdida de tiempo someter huesos de dinosaurios a ensayos radiocarbónicos. No debería encontrarse nada. Huesos con unas edades de millones de años, incluyendo los de todos los dinosaurios, deberían estar «radiocarbónicamente inertes». Pero, igual que dijo Mary Schweitzer acerca de los tejidos blandos en general: «Si no buscas, no hallarás. Pero si lo haces, nunca se sabe».
Miembros de la Creation Research Society (CRS), una organización de científicos creacionistas bíblicos desde 1963, emprendió la búsqueda. En el número de primavera de 2015 de su revista con revisión paritaria CRS Quarterly (51:4), publicaron un informe especial con resultados de su proyecto iDINO: una investigación de los restos de tejidos blandos en huesos de dinosaurios. (Este número fue preparado e impreso antes del anuncio aparecido en Nature Communications.) El sensacional anuncio es que se ha encontrado una proporción mensurable de C14 en huesos de dinosaurios. Brian Thomas y Vance Nelson informan:
Se han detectado de manera consistente cantidades mensurables de radiocarbono en materiales carbonáceos por todos los estratos del Fanerozoico. Bajo supuestos uniformitarios, dichos estratos no deberían ya contener cantidades mensurables de radiocarbono. Los secularistas han afirmado que estos resultados contradictorios se desprenden de contaminación sistemática, pero se debería considerar la hipótesis de un radiocarbono endógeno. Suponiendo que esos estratos fuesen mayormente depositados por el Diluvio de Noé que habría acaecido dentro del margen de tiempo de la detectabilidad del radiocarbono con modernos equipos bajo supuestos uniformitarios, proponemos la hipótesis de que fósiles de todos los tres eratemas, incluyendo fósiles de dinosaurios, deberían contener también cantidades mensurables de radiocarbono. De manera coherente con esa hipótesis, comunicamos cantidades detectables de radiocarbono en todas nuestras 16 muestras. Los intentos de refutar nuestra hipótesis fracasaron, incluida una comparación de nuestros datos con publicaciones anteriores de fósiles datados con carbono. Concluimos que fósiles y otros materiales carbonáceos que aparecen por todos los estratos del Fanerozoico contienen cantidades mensurables de radiocarbono con toda probabilidad endógeno.
Thomas y Nelson comenzaron prediciendo la presencia de radiocarbono en huesos de dinosaurio basándose en comunicaciones publicadas durante mucho tiempo de radiocarbono mensurable en carbón, diamantes y otros materiales que los geólogos evolucionistas suponían que tenían unas antigüedades de millones de años. Recogieron 16 muestras de 14 especímenes de fósiles de peces, madera, plantas y animales procedentes de toda la columna geológica, del Mioceno al Pérmico, de todas las tres eras: Cenozoico, Mesozoico y Paleozoico. Las muestras procedían de una diversidad de localidades de todo el mundo, incluyendo Canadá, Alemania y Australia. Alrededor de la mitad correspondían a huesos de dinosaurios (7 especímenes). Todas las muestras se prepararon siguiendo procedimientos estándar para eliminar contaminación, y luego se sometieron a un laboratorio para espectrometría de masa atómica (AMS).
Cosa inesperada, todas las 16 muestras sometidas a medición dieron contenido de C-14. Encontramos cantidad mensurables de 14C en todas las 14 muestras de nuestros fósiles, de dinosaurios y otros. Además, encontramos una sorprendente congruencia en estos datos, que oscilan desde aproximadamente 17.850 a 49.470 años radiocarbónicos como se indica en la Figura 1.
Se debería comprender que la expresión «años radiocarbónicos» no indica necesariamente verdaderas edades de los especímenes, porque la calibración depende de suposiciones acerca de las condiciones atmosféricas antes de aquellas fechas que se pueden comprobar frente a registros arqueológicos (cp. la datación radiocarbónica de una inscripción de cerámica de la Edad de Hierro en la entrada anterior). No era objetivo del proyecto datar los especímenes, sino sencillamente constatar si quedaba radiocarbono presente.
En el artículo, los investigadores consideran si acaso hubo un mal día en el laboratorio que realizó los ensayos, llevando a unos resultados uniformemente sesgados. Esto, argumentan, es muy improbable, porque cuatro otros laboratorios han publicado presencia de radiocarbono en especímenes que se pensaba que tenían millones de años. Esos informes se comparan favorablemente con los nuevos resultados, y dan edades radiocarbónicas en el mismo margen finito. Cosa digna de mención, no importa que los especímenes sean designados como Cenozoico, Mesozoico o Paleozoico: cada era cubre el margen de «edades» radiocarbónicas que resultan de los ensayos.
También consideraron si aguas freáticas pudieran haber infiltrado carbono-14 al interior de las muestras. En tal caso, sería de esperar que muestras procedentes de condiciones más secas difirieran de las de localidades más húmedas, o que porciones tomadas del interior de un hueso difirieran de las cercanas al exterior. No se encontró ninguna de esas tendencias; además, las fechas obtenidas fueron congruentes con un resultado publicado con anterioridad de un fósil a 900 metros de profundidad, bien por debajo de la capa freática.
Como las edades radiocarbónicas son recientes por varios órdenes de magnitud de lo que comúnmente se acepta, y son congruentes en sus límites superior e inferior con independencia de la localidad o de la era que se les supone, los autores concluyen que todos los estratos geológicos con sus fósiles tienen que haber sido depositados durante un breve periodo, como se describe en el registro histórico del diluvio del Génesis.
Los otros cinco artículos en la revista CRS Quarterly prestan un apoyo cumulativo a este nuevo y fundamental ensayo de edades de fósiles.
- Brian Thomas analizó informes de biomateriales originales en fósiles.
- Mark Armitage presentó sus resultados de encontrar tejidos blandos en el cuerno de un Triceratops procedente de la Formación Hell Creek en Montana. (Esto es una actualización para una revista creacionista de su anterior artículo (que fue publicado originalmente en Acta Histochemica el año pasado) y que le costó su expulsión de la Universidad Estatal de California en Northridge; véase 5/11/14.)
- Kevin Anderson criticó la teoría de que el tejido blando no es primordial, sino meramente un relleno hecho de biofilmes bacterianos.
- John M. DeMassa y Edward Boudreaux investigaron procesos que llevan a la degradación de los péptidos.
- Timothy Clarey, un geólogo con ICR, describía las características temporales y geológicas de la Formación Hell Creek.
Thomas y Nelson se esforzaron en falsar sus propios resultados, pero es indudable que algunos evolucionistas permanecerán insatisfechos con cualquier artículo publicado en una revista creacionista. Ahora que la revista líder mundial de ciencia secular, Nature, ha comunicado que los tejidos blandos en huesos de dinosaurio parecen ser cosa común, empieza la carrera para encontrar más. Llegará el momento en que no creacionistas realicen sus propios ensayos de C-14 para eliminar todo género de dudas.
En el editorial que abre la publicación, el Dr. Danny Faulkner dice que «es apropiado que los creacionistas tomen el liderazgo en el estudio de tejidos blandos en fósiles», dado que el mundo científico «sólo acaba de aceptar con desgana» la realidad de los tejidos blandos. Queda más trabajo para el proyecto iDINO (investigación de osteotejido intacto de dinosaurios), dice, y han comenzado los preliminares para la grabación de un video. El proyecto de la CRS está financiado en su totalidad por donaciones privadas.
¡Los científicos creacionistas están tomando el liderazgo! ¿Qué van a hacer ahora los creacionistas progresivos de grandes eras y los evolucionistas? Estos descubrimientos, básicamente, hunden toda la columna geológica, y destruyen la narrativa evolucionista de millones de años. Abajo irán los rótulos de los parques nacionales, las películas de Hollywood y las descripciones de dinosaurios de juguete en las tiendas de regalos de los museos. Debido a que hay tanto en juego, podemos esperar que algunos evolucionistas no lo tomen a bien. Lo que corresponde es mantener los resultados a la vista y decir: «Aquí están los datos científicos: ¿tenéis alguna teoría mejor?»
Si lo que mantienen una historia de la vida de gran antigüedad responden: «Sí, pero las edades tampoco concuerdan con vuestra cronología bíblica», se debe insistir: Estos resultados, ¿refutan los millones de años, sí o no? Si la repuesta es que sí, que los refutan, entonces la pregunta tiene que cambiar. Ya no se trata más de si los huesos de dinosaurio son recientes, sino simplemente de cuán recientes son. Esta será una pregunta interesante y muy válida, pero con todo desde los fósiles del Cámbrico hasta Lucy hundido hasta una cronología que es de órdenes de magnitud más reciente de lo que se ha adoctrinado a todos, ahora se trata de un partido enteramente diferente, en el que Darwin ya no tiene papel de árbitro.
Para una excelente introducción a la cuestión de las dataciones con Carbono 14 y unos resultados documentados que respaldan la realidad de la Historia Bíblica, véase:
- Historia y 30.000 dataciones radiocarbónicas (artículo introductorio), por Robert Whitelaw. Artículo en línea
- El Tiempo, la Vida y la Historia a la luz de la Datación Radiocarbónica, por Robert Whitelaw (libro en formato PDF, 396 Kb)
Crédito de la imagen: Dinosauria montage, Dr Kiernan.
Fuente: Creation·Evolution Headlines – Carbon-14 Found in Dinosaur Bone 18/06/2015
Redacción: David Coppedge © 2015 Creation-Evolution Headlines – http://crev.info/ Traducción y adaptación: Santiago Escuain, publicado en sedin-notas.blogspot.com.es
© SEDIN 2015 – www.sedin.org