ESTA ES UNA PREGUNTA MUY IMPORTANTE Y QUE HAY QUE SABER CONTESTAR HONESTAMENTE.
¿Que diferencia hay entre una persona meramente religiosa que dice creer en Dios, que va a la iglesia asiduamente, contribuye a los gastos de la iglesia, hace buenas obras (ya sea a su familia o a otros), y una persona que dice seguir a Jesús y sabe lo que eso realmente es? ¿Han pensado esto alguna vez? Pues deben hacerlo para no estar confundidos como los paganos e incrédulos, porque veo a algunos que se consideran Cristianos y no saben esto.
Un seguidor de Cristo intenta con todas sus fuerzas conocerlo a Él y por lo tanto estudia cómo fue su vida en el tiempo que vivió entre nosotros. Eso solo se puede conocer leyendo las Escrituras que tenemos sobre la vida de Jesús. No es fácil sacar las conclusiones necesarias pero tenemos que ser constantes en el estudio si vamos a conocer de verdad al Señor y cómo imitarlo. Es muy necesaria la oración porque nosotros no tenemos la capacidad en nuestra mente carnal de entender a Jesús y sus enseñanzas. Solo por medio del Espíritu Santo es que podremos y así y todo será una empresa que durará toda la vida.
Muchos no creen ni siguen a Jesús por diferentes motivos. Resulta que debido a que la gente no estudia las Escrituras, aunque haya leído algo u oído parte de ellas en su juventud, ha sido poco y en un contexto más que nada académico o cortos fragmentos en la Misa, en la iglesia, o en el colegio donde se estudiaba Historia Sagrada. Por este motivo algunos creen que ya saben lo suficiente de Jesús para llegar a una conclusión sobre él. De hecho y a pesar de esto, no tienen ni idea quien es realmente Jesucristo ni lo que significó su Venida y enseñanzas. Es la triste realidad.
Los no creyentes piensan que los creyentes tenemos que ser perfectos y vivir una vida ejemplar. Nos vigilan a ver si nos pueden sorprender en algún fallo. Y fallos van a ver porque no hay nadie perfecto incluidos los seguidores de Cristo. Aunque sí hay algunos seguidores de Jesús que después de muchos años han crecido tanto en santidad que sus vidas lo reflejan. Así debería ser con todos los creyentes pero no lo es. En general los creyentes somos gente que ha venido a Cristo al ver sus pecados claramente y reconociéndolo como Dios, Salvador y Señor y por eso venimos a Él pidiendo perdón y ayuda.
Algunos de nosotros venimos de familias con muchos problemas, defectos, pecados, etc. Cuando un niño se cría en un hogar traumático, inmoral, conflictivo y a menudo con poco amor o aceptación va a desarrollar muchos malos hábitos, actitudes, acciones que en realidad son pecados y que les va costar caro y un largo tiempo ir abandonando después de la conversión. Es por todo esto que algunos creyentes, a veces y en ciertas áreas no dan el ejemplo que deberían. Nosotros los creyentes salvos por la gracia de Dios vamos a batallar contra el pecado toda nuestra existencia aquí en la tierra. Unos más que otros pero la meta es la santidad. Debemos imitar al Señor siempre que podamos.
El Señor Jesús es Dios y su vida fue ejemplar y perfecta. Aunque Él hablaba de instaurar un reino aquí en la tierra, su reino no iba a ser en muchos sentidos un reino como los demás. Su reino sería un reino espiritual en naturaleza y muy diferente de los conocidos durante la presente dispensación en la que nos encontramos. Al final de la Gran Tribulación que se avecina con pasos agigantados, todo cambiará y por Fin el Señor Jesús reinará como en rey poderoso y será Rey de Reyes y Señor de señores.
El mundo de sus tiempos no lo entendería, en especial los líderes religiosos judíos. De igual forma tampoco lo entendieron los lideres religiosos de las “grandes” religiones organizadas por hombres que le siguieron. Ellos no querían un líder aparentemente débil a sus ojos, humilde y que no contendiera en contra las duras leyes romanas de su tiempo.
¿Cómo sabes si eres de verdad un verdadero seguidor de Jesús?
Seguiremos con este estudio.
Saludos y bendiciones