Hay evidencia sólida de la Resurrección de Jesucristo? Si la hay, y evidencia aplastante. Veamos.
Empecemos por la pregunta ¿qué hizo a los apóstoles de Jesús pasar de huir despavoridos e incluso negar a Jesús después de su arresto y muerte, a tener una seguridad y valentía inexplicable?
Mateo 26:69-75
“Pedro estaba sentado fuera en el patio; se la acercó una criada, diciendo: “Tu también estabas con Jesús el galileo”. Mas él negó delante de todos, diciendo: “No sé lo que dices”. Saliendo él a la puerta, le vio otra y dijo a los que estaban allí: “También éste estaba con Jesús el nazareno”. Pero él negó otra vez con juramento: “No conozco al hombre”. Más adelante le niega de nuevo. O sea, “el primer Papa” niega al Señor tres veces. Mal empieza.
Estamos en el punto de la historia cuando Jesús acababa de ser arrestado y azotado. Los apóstoles huyen cada uno por su lado, pero Pedro quería ver de cerca lo que pasaba. Con esto se cumple otra profecía anunciada por el mismo Jesús a Pedro diciéndole que antes que cantara el gallo le negaría tres veces.
¿Por qué el Cristianismo se ha mantenido constante como una Fe inamovible desde entonces? El dicho popular era: “Si esto no es real se desvanecerá, pero si es de Dios ¿quién la podrá derrumbar?
Después de su muerte Jesús resucitó tal como había anunciado y tal como estaba predicho en el Antiguo Testamento. Muchos a través de la historia han estudiado a fondo este hecho y dan fe de la evidencia que han encontrado. Se necesita mucho espacio para explicar y documentar esto, pero ahora vamos a examinar qué pasó con los seguidores de Jesús a continuación de su muerte.
El capítulo 20 del Evangelio de Juan nos da un relato de lo que pasó el siguiente Domingo al amanecer. María Magdalena va al sepulcro de Jesús y ve quitada la enorme piedra que lo tapaba. Entonces va a avisar a Pedro y a Juan, los cuales corren hacia allí y comprueban que Jesús ya no está pero sí están los lienzos y el sudario con el que se le cubrió. Más adelante Jesús se aparece a María Magdalena.
Por la noche Jesús se aparece a los discípulos Juan 20:19-23 y los saluda diciendo: “Paz a vosotros”. Tomás no estaba entonces, y cuando se le dijo lo sucedido no lo creyó. Ocho días después Jesús se aparece de nuevo estando allí Tomás, el cual alucinado cae a sus pies y le dice: “Señor mío, y Dios mío”. Jesús le dijo: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron”.
En el capítulo 21 Jesús se aparece a siete de sus discípulos (Juan 21:1-25). Hace de nuevo un milagro, éste muy práctico para ellos pues después de estar pescando todo la noche no cogieron nada, hasta que Jesús les dice que echen la red de nuevo y la sacaron llena de peces grandes, indicando que él siempre les va a proveer sus necesidades. Con esto confirmó que él seguía siendo el mismo de antes pero ahora mucho más creíble al haber resucitado de los muertos.
Les demostró que él tenía poder sobre todas las cosas, hasta sobre la muerte. Lo que sucedió en los próximos años dan fe que todo esto es cierto, ya que nunca más éstos que habían sido temerosos e inseguros seguidores de Cristo volvieron a dudar de su Señorío y Divinidad. Se volvieron tan valientes y seguros de lo que creían que hasta dieron sus vidas por su fe. La Resurrección de Jesús fue el “Big Bang” Cristiano.
Mas adelante, los apóstoles serían conocidos como «éstos que han revolucionado al mundo entero».
Tal como dijo después Gamaliel en Hechos (5:34-39):
v. 38-39
“Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios”.
Esta obra nunca se ha podido destruir a pesar de tantos enemigos poderosos como tiene, porque es obra de Dios tal y como lo describió Gamaliel. El Espíritu de Dios la dirige y sustenta.
Ahora nos dirán los ateos que los apóstoles nunca existieron.
Santa Biblia, vs. Reina Valera