
Una de las cosas que les molesta mucho a los católicos de nosotros los cristianos es que podemos decir sin ninguna duda que somos salvos. Sabemos que si nos morimos esta misma noche nos vamos directamente al cielo con Dios. La iglesia Católica no enseña esto porque no tiene el verdadero evangelio. Su sistema de creencias o teología está basada en un evangelio diferente. Pero ¿quien lleva razón?
Ellos al igual que todas las demas religiones del mundo creen que las personas se pueden salvar o perder de acuerdo a la clase de vida que vivan, y si hacen suficientes buenas obras a todo lo largo de su vida. Aparte de esto también incluyen en sus buenas obras la asistencia a la iglesia y el participar en los sacramentos establecidos por dicha iglesia.
Sin embargo el verdadero evangelio de Jesús no es ese. Si las personas se pudieran salvar haciendo buenas obras, no hubiera hecho falta que Jesucristo viniera a la tierra a morir por los pecadores y sufrir tanto como sufrió ¿verdad? Entonces ¿qué lugar ocupa Jesús en nuestra salvación?
Tanta gente dice que cree en Jesús, sin embargo lo que creen sobre Jesús no es suficiente para salvarlos porque no creen el verdadero evangelio.
El apostol Pablo en su epístola mas importante de todas, la epístola a los Romanos, dice muchas cosas que aunque no son fáciles de entender revelan la verdad del evangelio de Jesús. Pablo habla por medio del Espíritu Santo el cual le revelaba las verdades de Dios. Por eso estas palabras son mucho mas importantes que lo que diga el Papa, sea el que sea.
La Biblia se escribió inicialmente para los judíos ya que todos los profetas y el mismo Jesús era judío. Ellos creían que tenian que cumplir la ley de Moisés para ser salvos, sin embargo ninguno de ellos la cumplía de verdad. Cuando vino Jesús enseñó que él era el camino, la verdad y la vida, y que habia venido para cumplir la ley por todos nosotros. En Romanos 3:19-28 leemos lo siguiente:
«Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierrre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados GRATUITAMENTE por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
En Juan 3:36a la Palabra de Dios dice: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna . . . » Y en Juan 5:24 dice: «De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, MAS HA PASADO DE MUERTE A VIDA».
Ha pasado de muerte a vida. Mediten en esto.
Aqui vemos claramente que la salvación es por medio de la fe en Jesús, y la recibimos en e mismo momento que entendemos y creemos que solo Jesucristo nos puede salvar y no nuestras buenas obras. Por tanto, ¿es presumir de ser tan bueno decir que somos salvos por medio de la fe? Claramente no lo es.
Veamos que mas dice Romanos 3.
vs. 27-28 «¿Dónde pues está la jactancia? (el presumir) Queda excluida. ¿Por cual ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre el justificado por fe sin las obras de la ley».
Por tanto aqui vemos claramente que no es presumir decir que somos salvos, porque no decimos que somos salvos porque somos buenos y lo vamos a ser hasta el ultimo momento de nuestra vida, sino porque Jesúcristo ha ganado la salvación por nosotros cumpliendo perfectamente la ley en nuestro lugar. Así que somos salvos por la gracia de Dios por medio de la fe en el sacrificio de Jesús. Es el amor de Dios en Jesús que nos da la posibilidad de salvarnos.
Por eso la fe que salva es esta, no la que dice que cree en Jesús pero no confia en él para salvación sino que confia en sus propias buenas obras. Eso sí que es orgullo y presunción, porque la persona cree que se puede ganar o merecer el cielo por sus propios esfuerzos en vez de en la muerte del Hijo de Dios. Ese NO ES el evangelio de Jesús que está en la Biblia.
Santa Biblia, vs. Reina Valera
Todo lo dicho en este capitulo de Mateo esta sucediendo. ¡Dios mio guardanos y ten misericordia de nosotros!
Soy fiel en la lectura de las Santas Escrituras, ademas entro en meditación a efectos que mis pensamientos sean acordes con lo que leo y medito, se me ha enseñado que son dos cosas distintas, por ende,creo estarme preparando para la segunda venida del Señor, debemos predicar el evangelio en nuestro mundo, no interesa la dimensión, hablemos a nuestro entorno si es posible. La importancia para la evangelización es no tener verguenza, sino audacia y compromiso real con nuestro Salvador. Importante relatar nuestra conversión, ella ayuda a ser escuchado por los demás.
Daniel, gracias por su comentario.
Dice:
“debemos predicar el evangelio en nuestro mundo, no interesa la dimensión, hablemos a nuestro entorno si es posible. La importancia para la evangelización es no tener verguenza, sino audacia y compromiso real con nuestro Salvador.”
Así es, hermano Daniel, pero siempre dando testimonio con nuestra vida también. De nada sirve que hablemos de Jesús a todos los que conocemos, si al mismo tiempo no lo obedecemos. El mundo mira sobre todo nuestra conducta: si somos honestos y decimos siempre la verdad aunque nos cueste algo; si vivimos una vida moral; si tenemos paciencia con los demás; si no somos egoistas; si estamos dispuestos a ayudar a otros sin esperar nada a cambio; si nos conformamos con lo que tenemos y no andamos como el resto de la gente en una búsqueda desmedida de dinero; si tratamos bien a nuestra esposa/esposo. Si estamos dispuestos a perdonar, porque Dios nos ha perdonado a nosotros y nos va a seguir perdonando. Si no somos orgullosos, sino humildes. Tantas y tantas cosas.
Sabemos que no podemos ser perfectos en este mundo, pero debemos vivir con el deseo y la determinación que vamos a hacer todo lo posible por avanzar en la lucha contra el pecado y las tenciones de estas cosas mencionadas.
Hay un refrán muy sabio que dice:
El pecado te apartará de la Biblia, y la Biblia te apartará del pecado. Por eso no me cansaré de recordar la importancia de leer y meditar en ella DIARIAMENTE, sobre todo en la mañana al principio del día para estar preparados para lo que nos depare ese día.
Dios lo bendiga y le siga ayudando en su deseo de obedecer y conocer mejor al Señor Jesucristo.